Mirad
como caigo desde el ático.
¡Wow!
Parezco un maniquí en manos de dioses o un títere en manos de humanos.
Sí, soy
el alma de “lo que fui”, y lo que fui, ya no es nada.
¡Joder!
Parece que no voy a llegar a estamparme nunca contra el suelo. Parece que no
voy a deshacerme en tripas cuando roce el asfalto. Parece que sigo tan vivo
como cuando de verdad sentía que lo estaba.
Pero
no, esta vez no me han sucumbido mis fracasos, ¿¡qué cojones!? Esta vez he sido
yo el que he querido desaparecer. Bueno, desaparecer, lo que se dice
desaparecer… tampoco, porque a los operarios de limpieza les va a tocar una
divertida noche para recogerme en piezas.